martes, enero 11, 2005

Hombre era, dios finito de los suelos

Es increíble poder empezar una aventura. Éstas siempre se sabe cómo comienzan, pero nunca se logra saber del todo cómo pueden terminar . Por eso, es apasionante adentrarse en selvas desconocidas, en bosques sagrados, en tierras vírgenes donde encontrar nuevos amigos o alguien que siemplemente te escuche. Sabemos que somos hombres y que en lo alto habita lo desconocido. El horizonte promete territorios salvajes y desconocidos. Adentrémonos.

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